Rumbo al aeropuerto para ir a Lijian.

Esperando nueva ubicación en Lijian

Día 13. China. Lijian.

Hoy nada más levantarnos hemos ido en busca de un hotel cercano más barato. Lo hemos encontrado en breve, 21 euros la habitación y muy bien las habitaciones, y es que la ciudad antigua de Lijiang está abarrotada de hoteles y es mucho mejor buscarlos una vez aquí, pues los precios siempre son negociables, como es habitual en China. Con la certeza de que encontraríamos aún mejores ofertas hemos preferido ir a ver la ciudad.

Lijiang tiene un encanto especial, se trata de na ciudad de piedra y madera declarada Patrimonio de la Humanidad. La llaman la Venecia de China. Sin duda es un lugar singular que no debería perderse nadie que viaje por esta zona. Su mercado es único y su ciudad antigua de obligada visita. Se encuentra custodiada por la Montaña Nevada del Dragón de Jade, y sus lagos circundantes no tienen desperdicio.

Después de pasear por la zona antigua y el mercado hemos ido a ver el parque del estanque del dragón negro, desde donde se divisa con sus 6000m de altura la montaña nevada del dragón de Jade. Hemos aprovechado para comprar unos cuadros de paisajes que un hombre hacía en 5 minutos con el dedo mojado en tinta. Aunque cuesta 10 euros entrar, Juanma ha buscado a una autóctona que por unos 2.5 euros por persona nos ha colado por un lateral...

Esta zona ofrece una magnífica vista que aparece en todas las imágenes que encontrarás de esta ciudad. En esta ocasión se podía caminar por el cauce, pues sólo llevaba agua en el guanos tramos. Una vez allí nos hemos acercado a la casa que Juanma ha tenido durante su estancia previa en Lijiang, a unos 15 min del inicio del parque, justo al lado de otro estanque muy bonito y de una zona donde la mariguana crece de forma natural.

Tras comer en un bar donde nos ha puesto un cochinillo asado estupendo y otros platos por unos 6.5 euros por persona, hemos decidido cuatro de nosotros dar un paseo a caballo por el lago Ashi, situado a unos 20 km de la ciudad. Hemos avisado al mismo chino que nos llevó ayer del aeropuerto al hotel (es fundamental quedars con sus tarjetas, todos tienen), y nos ha llevado y traído a los cuatro por 20 euros.

La experiencia ha sido genial, consistiendo en un paseo de unas dos horas, parte del cuál hay que hacerlo en piragua atravesando el lago y otra saltando de piedra en piedra hasta salir del agua...

Al volver hemos pasado a recoger las maletas que Juanma tenía aquí... Pesaban tanto que hemos decidido alquilar (más bien asaltar) un motocarro que pasaba para que nos llevase al hotel... Las maletas en el motocarro, y nosotros encima de las maletas... un cuadro. Y claro, nos ha vuelto a parar la policía y no veas la bronca que le ha caído al pobre conductor, no sé si se habrá librado de la multa porque le han echado na foto y todo... Nosotos hemos cogido nuestras maletas y nos hemos ido a pie como quien no quiere la cosa.

Y de cena a un italiano.

Mañana iremos al lago Lugu, al norte de la provincia de Yunan. Nos llevará en principio un amigo de Juanma con su furgoneta, e intentaremos "raptarlo" para el resto de semana que pasáremos por distintas regiones de Yunan.

Lijian

Mercado de Lijian.

Lijian.

Lijian

Lijian. Al fondo la Montaña Nevada del Dragón de Jade.

Montaña Nevada del Dragón de Jade

Lugareño en Lijian

Ruta a caballo. Lijian.

Arrozales en Lijian. Ruta a caballo.

Parte de la ruta en canoa.

Asaltando el motocarro.

Todos al motocarro.

Poli nos baja del motocarro

Lijian de noche

Día 14. China. Lago Lugu.

Hoy por la mañana hemos venido los seis en una furgoneta (al final no ha sido el amigo de Juanma, que estaba ocupado, sino un chino que hemos buscado en el mercado) hasta el Lago Lugu. Las maletas las hemos dejado en el hotel, pues mañana volveremos a Lijiang (aunque a un hotel que también está muy bien, junto al otro y más barato, 15 euros la habitación... vamos bajando). El trayecto es de seis horas, y la carretera la peor de todas las que hemos transitado hasta el momento, con multitud de tramos con desprendimientos y animales en mitad de la calzada con cierta frecuencia. El paisaje de nuevo no ha defraudado, pasando desde plantaciones de arroz y maíz hasta zonas montañosas de acantilados y ríos.

El lago Lugu es precioso. No te imaginas que a más de 2500 metros pueda existir tal cantidad de agua dulce. El cielomse.refleja en el agua. Este lago hace frontera con las provincias de Yunnan y Sichuan. Estamos en uno de los pocos hábitats naturales del oso panda gigante.

En China existen más de 50 minorías étnicas distintas, y en Yunan se encuentran una gran variedad de ellas. En esta zona, la minoría étnica predominante es la Mouso, una sociedad matriarcal. Las mujeres son las dueñas y administradoras de todas las propiedades. Los hombres y mujeres no se casan. Cuando una pareja tiene un hijo el rol del adre desaparece. Las mujeres pueden tener más hijos con otros hombres, aunque no es la norma.

Por entrar a la zona del lago te cobran 100 yuanes por persona. Aprovechamos para dar un paseo en barca para visitar una isla en la cual se encuentra un templo de 500 años de antigüedad. Precio del paseo en Barca: 100 yuanes por persona.

Junto al lago se encuentra el pueblo de Ligen, que recorre la orilla hasta acabar en una pequeña península que llaman Isla Lige en la que no caben más de 10 casas. A lo largo de la orilla del lago hay muchas canoas. El lugar es realmente digno de visitar, con multitud de bares en los que continuamente hacen barbacoas y una línea de casas, la mayoría de madera, de las cuales casi todas son hoteles (sus precios oscilan entre 80 y 300 yuanes, es decir, entre 10 y 38 euros).

Una vez escogido el hotel hemos ido a una de las terrazas a disfrutar de una barbacoa (cochinillo, pollo, pescado y verdura), donde Juan ha experimentado una semicaida curiosa en los minibanquitos de la terraza. De esas que se ven venir de forma lenta, intentas evitarlo pero sabes que es imposible y al final poco a poco te caes...

Y después una copita en un bar en el que había un cantante de etnia Mouso actuando. Dado que había sido un día largo, se fueron a dormir todos menos Jose y yo... Y menos mal, porque aún no sé muy bien cómo (el inglés allí casi no saben qué es) nos invitaron a seguir la noche con parte del grupo que había actuado, en un bar de la isla Lige (a unos 300m). Al llegar éramos los únicos habitantes de la islita. Sacaron una guitarra, un timbal, una caja de cervezas y tabaco y empezaron a cantar y charlar con nosotros en el poco inglés que nos unía. No nos dejaron pagar nada y estuvieron continuamente pendientes...

Admirable la hospitalidad de esta gente. La integración fue total... Hasta el punto que me arranqué a tocar y cantar unas colombianas. Dado que era complicado aprender sus nombres tuvimos que otorgarles motes para referirnos a ellos (El Canoas, El Templario, El Guitarras, El Feliz...). Pues hasta las 03:30 estuvimos con ellos.

Al llegar los dos al hotel no se veía ni un pijo... Y para rematar el hotel estaba cerrado y allí no había nadie, y los dos sin batería. Tuvimos qué saltar la valla y forzar dos puertas pada poder pasar... Vaya lío!!! Pero la ocasión lo mereció, porque vivimos una experiencia que poca gente puede disfrutar.

Lago Lugu

Lago Lugu

A la izquierda la isla Lige (es una pequeña península)

Lago Lugu

Isla en lago Lugu

Interior de pagoda en isla del lago Lugu

En medio "El Canoas", a la derecha "El Templario" con su traje típico.

Jose con "El Feliz", cada vez más feliz.

En la isla Lige con nuestros amigos

La pandilla

Luna desde el lago Lugu

Día 15. China. Lijian.

Hoy día de viaje por carretera de vuelta. Tras levantarnos (unos con más sueño que otros), hemos vuelto en la misma furgoneta a Lijiang.

El viaje se ha hecho largo, pero era obligado para proseguir nuestro rumbo. Mañana iremos a Dali, donde pasaremos dos o tres días.

Hoy hemos dedicado la tarde a descansar un poco y a pasear por última vez por las encantadoras calles de Lijiang.

Cena en restaurante indio y al hotel. Mañana a las 11 nos lleva un amigo de Juanma por 500 yuanes a Dali.

Día 16. China. Dali.

Hoy hemos puesto rumbo a Dali, no sin antes acordarnos de los progenitores del chino del hotel, que nos ha quitado 80 yuanes del depósito porque el inodoro de una de las habitaciones estaba atascado (sabe Dios cómo estaba antes). Y el chino capullo (se traduce "capu-chino") nos da un desatascador para que lo areglásemos (lo iba a arreglar su madre). El hotel de llama "The Beautiful River", lo digo por si alguien que lea esto va, para que le dé recuerdos míos (de mí se acuerda seguro, por la última conversación que hemos mantenido en idioma internacional). Así que nos hemos ido con 80 yuanes menos, y el chino se ha quedado con 80 yuanes más. Las cuentas son claras.

El trayecto ha durado 4 horas. Hemos parado a comer y a vaciar la vejiga. Cuando estábamos llegando nos hemos cruzado con un entierro, por mitad de la carretera ha cruzado una cola de gente con petardos y ropas de colores y un muerto en medio. El conductor nos ha dicho que lo llevaban a las montañas y que éramos afortunados por haberlo visto (según ellos da buena suerte).

Hemos dejado las cosas en el hotel, que está en la zona antigua, y por sólo 7.5 euros la habitación, en una casa típica Bai (una de las etnias de esta zona).

Después hemos paseado por la ciudad vieja de Dali, que dista varios kilómetros de la ciudad moderna. Se trata de un lugar algo más occidentalizado (aunque sólo levemente), aunque con menos bullicio que en Lijiang. Digno de visitar. Se trata de calles repletas de tiendas donde se vende de todo, en un entorno de casas típicas chinas de piedra y tejados de madera, rodeado por una muralla.

Hemos cenado en un barecillo llamado "The Good Panda", en la calle Renmin, 71 (por sí alguno de anima), donde recomendamos el pato asado y unas setas fritas de cuyos nombres no puedo acordarme. Todo estaba muy bueno y tienen una mesa para seis en una pequeña terraza en la que se está muy bien. Nos hemos encontrado con una pareja de españoles que trabajan en Taiwán.

Después hemos estado a pocos metros en la misma calle en un bar de copas llamado "Bad Monkey", en el que predominan los occidentales y en el que se está muy bien (nos hemos comprado la camiseta del bar, que es la que llevaba el chino "Feliz" el día de las guitarras en la isla Lige del lago Luku).

Mañana rodearemos el lago que hay alrededor de Dali en furgoneta, para conocer sus pueblos y esta región.

Entierro. Rumbo a las montañas con el difunto.

Calle de Dali

Dali

Dali

Dali

Dali

Paseo por Dali

Niños saliendo del colegio en Dali

Tomando cerveza en Bad Monkey

Pagoda de la muralla de Dali por la noche

Día 17. China. Dali.

Hoy hemos ido a conocer los alrededores del lago Erhai en furgoneta. Se trata de una ruta de unos 200 km. Hemos negociado con el hombre del hotel un precio de 400 yuanes (50 euros entre todos). Los parajes con los que nos hemos encontrado han sido de postal. Vastas extensiones de arrozales con chinos y chinas con sus atuendos típicos recogiendo la cosecha de arroz, y pescadores en sus barcas saludándonos desde lejos mientras les hacíamos alguna foto. Hemos conocido el pueblo de Shuanglang, a la orilla del lago, en donde hemos paseado entre multitud de puestos de pescado contemplando en el agua algunos barcos, nenúfares, flores de loto, cormoranes y una cantidad de arañas poco habitual. Y es que en toda esta zona que rodea al lago hay cientos y cientos de ellas, de variados colores y de gran tamaño, sobre todo en árboles y cables de electricidad, entre los que tejen sus telas, en algunas de las cuales se pueden contar más de cien ejemplares. La ruta ha terminado junto a las famosas tres pagodas de Dali (típica imagen que se encuentra en las postales de la zona).

Después de comer en un restaurante italiano hemos alquilado unas motos y hemos realizado una ruta (dos en cada moto) por los pueblos cercanos llegando hasta donde las guías no te llevan, conociendo lo más profundo de una China. Juanma fue el guía. Atravesamos mercados, colegios rurales, zonas de huertos... Un buen número de niños nos saludaba a nuestro paso diciendo "hello" a su manera (en China cada chino lo dice de una forma). Tanto andábamos ensimismados con la ruta que a mi moto se le acabó la batería. Y es que aquí y en el resto de China casi todas las motos son eléctricas (y muchos coches). Así que hemos vuelto a vivir una situación graciosa... No veas el caminito de vuelta hasta el lugar donde teníamos que dejar las motos (tres en una moto y la mía con uno solo al estilo patineta entre chinitos y pagodas). Y al llegar, con M.José detrás, poco más y aparco encima de una china, menudo chillido a dado.

Y por último cenita en el Bad Monkey con megacerveza de 3 litros para los 6 y al hotel, que está a unos 15 minutos a pie, en una recta de más de un kilómetro repleta de carpinterías.

Mañana seguimos nuestro rumbo por Yunan hacia su capital, Kunming, aún no sabemos si en coche o en tren, donde pasaremos dos noches antes de volar a Pekín, nuestro último destino.

Arrozales en las afueras de Dali

Arrozales en las afueras de Dali

Araña

Rodeando el río

Pagoda en isla en el río

Las tres pagodas de Dali

En moto entre aldeas

Reorganización

En moto entre aldeas

Día 18. China. Dali-Kunming.

Hoy es el cumpleaños de Juanma. Y no sé si será por eso pero vaya estruendo que había hoy en la calle. O quizá sea porque hoy en China se celebra la fiesta de la luna llena. El caso es que nos han despertado a las 07:30 con una melodía de petardos muy romántica. Parecía la mascletá valenciana. Muchos comercios estaban cerrados y la gente abarrotaba las calles, algunos vestidos con trajes típicos y bailando y tocando en la calle.

Ha sido un día de transición. Hemos viajado desde Dali a Kunming. Dudábamos entre ir en el autobús o pagar a un chino para que nos llevase. Al final optamos por lo segundo, mucho más cómodo. Le hemos pagado 1200 yuanes (150 euros, el autobús salía por unos 100 euros) por ir en una furgoneta los seis. El viaje ha durado unas cuatro horas. Hemos dejado las cosas en el hotel Fairyland, muy bien situado, y con unas habitaciones perfectas (unos 30 euros por habitación).

Tras descansar una horita hemos ido a pasear por el lago esmeralda (muy cerca del hotel) y a cenar en un bar cercano comida típica de Yunan. El restaurante es recomendable, se llama Hong Dou Yuan, en la calle Wenlin lie 142.

Después hemos estado tomando una copita, brindando a la salud del cumpleañero, en la zona de bares habitual de Yunan, la cual tenemos justo al lado. Mañana iremos a dar una vuelta por la ciudad.

Kunming

Kunming

En el lago

Kunming

Día 19. China. Kunming.

Esta mañana hemos ido a visitar el "mercado de los pájaros y las flores" de Kunming, muy conocido en esta zona, en el que se puede encontrar de casi todo, desde animales de infinidad de especies (escarabajos, ranas, serpientes, tarántulas, gusanos, escorpiones, peces, pájaros de todo tipo, cerdos, roedores, perros...) hasta herramientas, figuritas de jade, colgantes, llaveros, comida... y todo tipo de recuerdos.

Tras comer en un restaurante coreano también bueno y barato, hemos descansado un rato en el hotel, y después (antojo femenino) hemos ido a un lugar donde dan masajes. Después de tantos días sin parar era el momento de relajarnos un poco, o al menos eso buscábamos. Me ha tocado en la misma habitación con Jose, a él se lo ha dado la gorda y a mí la ciega. Juanma en la sala de al lado con otro masajista, y las chicas en el local de al lado que les gustaba más. Nos tumbamos y me dice Jose: "En cuanto empiece la tía me quedo sopa en un minuto...". Pues ni parpadear hemos podido, los ojos como platos, las patas de gallo hasta las orejas, la mandíbula "to apretá", los pies con espasmos y las manos aferradas al borde de la camilla como si nos fuese la vida en ello. Y es que nos han dao una pila de "ostias" que ni en los combates de "pressing catch" de la tele... Jose solo decía algo parecido a "chiiiinnn!!!, que significa suave en chino (es la palabra que nos había dicho Juanma que había que decirles si nos dolía), pero debió pronunciarla mal. No veas qué horita. Y por sólo 12 euros!!! Pero bueno, ya en serio, nos hemos quedado todos genial y ha metecido la pena. Esta gente sabe lo que hace. También recomendable.

Y para terminar el día nos hemos permitido una cenita en un restaurante junto al lago con una presentación y vistas impresionantes. La comida exquisita. Unos 12 euros por persona.

Mañana rumbo a Pekín. Cogemos el avión a las 08:45h y aterrizamos sobre las 12:00h. Pekín será nuestra última parada antes de regresar a casa. Permaneceremos allí tres noches.

Niña en el mercado de los pájaros y las flores

Ranas de colores en el mercado

Vendedor en el mercado

Paseando por el mercado

Gestionando masaje para ellas

Al acabar se reía menos...

Día 20. China. Kunming-Pekin.

Hoy hemos aterrizado en Pekín sobre las 12:15h. Llama la atención su cielo gris a causa de la contaminación. La ciudad impresiona, y hace que grandes ciudades como Barcelona o Madrid, a las que estamos más acostumbrados, parezcan pequeñas. Más de 20 millones de personas la habitan, y está plagada de rascacielos. Se ven más occidentales que en las ciudades que hemos visitado previamente... Por primera vez tenemos la sensaciónde que no estamos solos.

El hotel se encuentra muy bien situado. Hemos elegido uno de 5 estrellas para pasar los últimos tres días. Se encuentra a escasos metros de uno de los laterales de la ciudad prohibida (que visitaremos mañana). Su precio es de 70 euros la habitación, las cuales están perfectas. Se llama "The Emperor".

Tras comer en una zona comercial cerca del hotel, hemos descansado una horita y después hemos ido a uno de los típicos mercados de Pekín, que no es el de la seda (para evitar grandes aglomeraciones). Más de uno y sobre todo una que conozco pagaría por entrar ahí. Consigues a precios muy bajos prácticame el artículo que quieras. La técnica del regateo es fndamental en toda China. Casi todo se negocia, teniendo en cuenta que en mercados como este el precio que piden suele ser más del triple del que debes pagar (a veces más). Debes saber el máximo que quieres dar y no pasarte de ahí, hacer el teatro de que te vas y no dudes que en menos de tres segundos te están volviendo a llamar. Hay vendedores pesadísimos, que te agarran y te siguen durante metros para que les hagas, calculadora en mano, una oferta. Son muy "gitanillos"... pero lo que no saben es que nosotros lo somos más (así nos va por nuestro país). Y cuando les bajas demasiado se indignan y se mosquean, gritan, maldicen... pero vamos, ni caso. Siempre actúan igual, en breve vuelven... es su ritual. Hemos hecho algunas compras creo que interesantes y después hemos cenado cerca del centro comercial.

Para volver hemos venido en taxi. Lo curioso es que por la noche los taxis oficiales de Pekín se "rebelan" y no te llevan a menos que conciertes previamente con ellos un precio que suele estar 3 o 4 veces por encima del habitual. Y es que en China hay normas para todo pero ninguna se cumple... cada uno va "a su bola" inventando su ley... así que o pagas o andas. Le hemos dicho que nos dejase en la entrada del mercado nocturno, no sin antes estar a punto de empotrarnos contra otro taxi mientras cruzábamos al sentido contrario la doble línea continua de la calzada de cuatro carriles por la que íbamos.

El mercado es muy curioso. Mucha gente, locales y extranjeros. Ruido y ajetreo. Todo tipo de comidas raras en forma de cualquier bicho viviente y recuerdos de todo tipo. Es un lugar al que hay que dear un espacio en la ruta por Pekin.

Y después al hotel, que mañana nos toca la Ciudad Prohibida, la plaza de Tiananmen, probar el pato laqueado...

Mercado nocturno de Pekín

Fritura de la casa

Fritura de la casa

Mercado nocturno

Día 21. China. Pekín.

El día de hoy ha estado dedicado a conocer la Ciudad Prohibida y la plaza de Tian'anmen. Por la mañana hemos ido andando a la entrada de la ciudad prohibida, antiguo palacio imperial situado en el.cebtro de Pekín (la tenemos a 5 min a pie del hotel).

Fue el centro del poder de las dinastías Ming (1368-1644) y Qing (1644-1911) desde 1420 hata 1911.

El nombre lo debe a que la gente del pueblo no podía entrar en ella salvo con autorización expresa del emperador.

Ocupa 720.000 metros cuadrados y e construyó entre 1406 y 1420. Han vivido en ella 24 emperadores hasta 1911, cuando tuvo lugar la revolución que derrocó a la dinastía Qing. 

Tras pagar la entrada y la audioguía en español (todo 100 yuanes) hemos paseado unas 3 horas por su interior, el cuál consiste en un conjunto de palacios y dependencias enorme en el que el emperador, sus concubinas, los enunucos... hacían su vida de forma casi exclusiva durante cientos de años (desde el siglo XV hasta el siglo XX).

Es un lugar lleno de historia que vale la pena conocer.

Mención a parte merece el éxito de Cristina en el salón de la emperatriz. Había una cola enorme para ver los aposentos de la mujer del emperador y ella estaba en el lateral descansando. De repente la cola de asiáticos ha empezado a ponerse delante de ella para echarse fotos. Veinte minutos hemos estado esperando mientras posaban a su lado decenas de personas sin exagerar... Lo ha petado en la Ciudad Prohibida.

Después hemos comido en un restaurante de comida yunanesa y más tarde hemos paseado por la plaza de Tian'anmen, que es impresioanntemente grande. Aunque lo que hemos hecho en realidad es rodearla, pues estaba cercada por enormes medidas de seguridad con unos 20 morteros en el centro que han disparado 21 veces (no sabemos qué estarían conmemorando). Esa es la plaza en la que se encuentra la típica foto de Mao Tse-Tung en un extremo (coincide con el lado sur de la Ciudad Prohibida) y cerca del otro su mausoleo, donde puede observarse su cuerpo embalsamado (hoy ha sido imposible).

Después hemos aprovechado para echar un vistazo en las mejores tiendas de seda natural de la zona (quien haya probado alguna vez dormir en camas con edredones de seda natural "moriría" por uno). Allí, sin nadie que supiese chino de nosotros, hemos desarrollado un lenguaje de signos con la chinita que nos atendía digno del juego de adivinar películas (hay que decir que nos ha entendido, aunque con muuuucho esfuerzo). Hemos comprado un edredon de seda natural (unos 400 euros).

Para cenar nos han invitado Juan y M.José por el reciente cumpleaños de Juanma a uno de los mejores restaurantes de Pekín cuya especialidad es el pato laqueado. Está exquisito (para cenar seis personas, dos patos y dos entrantes) y es un lugar muy recomendable. Precio: unos 20 euros por persona. Merece la pena.

Y al volver copita en la terraza del hotel y a la cama, porque mañana nos queda na pequeña odisea a dos de nosotros. Cristina y yo vamos a ir a la Gran Muralla (los demás ya la conocen), pero hemos decidido ir por el método chino, es decir, usando el transporte público y a una zona de la muralla no tan transitada como Badalín, que es la más turística. Vamos a ir a Mutianju, a uns 90 km, para lo cual tenemos que coger el metro y buscar a pie una parada de autobús que ni los chinos a los que hemos preguntado saben de su existencia. De esta forma el recorrido sale por 16 yuanes, mientras que de la forma guiri unos 400 (no la descartanos si nos perdemos). Mañana os contaremos.

Ciudad Prohibida

Ciudad Prohibida

Ciudad Prohibida

Cristina y su público

Cristina y su público

Plaza de Tiananmen

Plaza de Tiananmen

Comprando edredón de seda natural

Cenando pato laqueado

Día 22. China. Pekín.

Hoy ha sido nuestro último día antes de emprender nuestro viaje de vuelta. Nos hemos dividido. Dos a la Gran Muralla (una de las 7 maravillas del mundo) y cuatro (ya conocen la muralla) a acabar de hacer sus compras y recorrer por última vez alguna de las calles de Pekín. Nosotros hemos ido la Gran Muralla.

Se trata de la obra de ingeniería militar  más gigantestsca de todos los tiempos, con más de veinte mil kilómetros.

Fue declarada por la Unesco en 1987 patrimonio de la humanidad y elegida en 2007 como una de las siete maravillas del mundo moderno tras una votación popular.

En realidad se trata de un entramado de murallas construido durante casi dos mil años, comenzando en el 221 a.C. por Qin Shi Huang, el primer emperador, y terminando en el año 1644. Entre ambas fechas fue ampliada y modificada para proteger el imperio de los invasores externos, sobre todo mongoles, además de servir paracontrolar las fronteras y las mercancías que circulaban por ellas.

La Gran Muralla se divide en varias zonas visitables, todas alejadas del centro de Pekín. Te ofrecen muchos tours por la calle que rondan los 300-400 yuanes (te llevan y traen y paran en algunas tiendas de recuerdos y en la villa olímpica). Nosotros decidimos husmear en internet y hacerlo por nuestra cuenta y por lo tanto más barato. La zona elegida de la muralla para visitar ha sido Mutianju (está sólo un poco más lejana, a 90km, pero con menos turistas y muy buenas vistas). En un blog vimos que por 16 yuanes el trayecto había un bus que te dejaba en los aparcamientos de Mutianju. Se trata del bus 867 el cual se coge cerca de la parada de metro de Dongzhimen, pero no en la estación de autobuses grande que se encuentra justo en esa parada, sino que hay que andar unos 800m (lo explico por si alguien va porque está escondida: sales por la salida B del metro, por la calle Dongzhimen Outer, y andas unos 400m hasta llegar a la calle Dongzhimenwai, donde giras a la izquierda. Por esa calle andas otros 400m y allí encuentras la parada, que se llama "Bafangda Dongzhimen bus station",con uos letreros grandes amarillos, en mitad de la calle, y al fondo la parada del 867 que te deja en el mismo aparcamiento de Mutianju y tarda unas 2h y cuarto. Las salidas de Dongzhimen son a las 07:00 y a las 08:30, y las de Mutianju a las 14:00 y a las 16:00).

La parada estaba vacía. No sabíamops si era allí. Un noruego nos preguntó si era ese el lugar desde el que partían los autobuses locales a la Great Wall. Ya no éramos los únicos. A los pocos minutos apareció la jefa. Y es que esa parada está controlada por una especie de azafata con cara de sheriff y cuerpo complejo, con una cara de mala leche importante y que se toma muy a pecho su función. Y es que no dejaba salirse a nadie de su lugar. Para ir al servicio había que pedirle permiso y daba la vez uno a uno. Si alguien se intentaba colar empezaba a dar voces con un palo en la mano. Vamos que todos aguantando la risa pero más calladitos y colocaditos que en misa.

La Muralla es impresionante, una enorme construcción que se pierde en el infinito encima de las grandes montañas de esa zona. Está restaurada en parte y puedes andar por ella el tiempo que quieras, aunque es bastante cansado y debes hacerlo con cuidado por la irregularidad del terreno. Había muy poca gente y fue una suerte. La entrada cuesta 45 yuanes y el telesférico 80 ida y vuelta. Imprescincible verla.

Después volvimos y cenamos todos en un restaurante enorme del segundo anillo de Pekín. Y al hotel a guardarlo todo en las maletas y organizarnos. Al volver en el taxi M.Dolores pudo disfrutar por última vez de algna de las fragancias de dudosa naturaleza de esta zona de oriente.

Esta ha sido nuestra aventura en China, sin duda un país digno de conocer y una zona del mapa a la que sueño ya con volver algún día. Ahora la vuelta. Mañana será el último día de esta aventura.

Muralla China. Mutianju. De Códoba a Pekín

Muralla China. Mutianju.

En resumen...

El regreso a casa ha sido largo, unas 22 horas desde que dejanos el hotel hasta que llegamos a Córdoba. Y aquí estamos... hogar dulce hogar.

Han sido 23 días cargados de experiencias en los que nos hemos hecho una idea, al menos algunas pinceladas, de lo que este enorme país, un gran desconocido en nuestro "mundo", puede ofrecer.

Imágenes imborrables en nuestra retina y multitud de anécdotas y experiencias permanecerán para siempre en nuestras mentes.

China es un punto y a parte en la experiencia vital de quien lo pisa. Alejándote de las rutas habituales de los viajes organizados y adentrándote al menos un poco en la rutina diaria de esta cultura, las cosas se ven de otra manera. Planteamos este destino casi por casualidad. Estábamos en el lugar idóneo el día adecuado. Bendito azar. Porque este viaje marcará un antes y un después. Una manera diferente de concebir la manera de viajar. Hemos interactuado con el país, con sus gentes, con su cultura. Nos hemos moldeado según íbamos caminando. Hemos aprendido que cualquier alternativa es buena independientemente de los cambios que puedan surgir, porque cada instante es único y cada lugar, sea cual sea, guarda tesoros por descubrir.

China engancha. Sientes que por muchas veces que vuelvas siempre quedarán rincones impactantes por conocer. No sé si alguna vez volveremos, pero China si que vendrá con nosotros a partir de ahora a cada lugar del mundo que visitemos.

Para nosotros ha sido fundamental la presencia en el grupo de alguien que dominaba el idioma y conocía la cultura del lugar. Ese ha sido Juanma. Te damos las gracias amigo. Un gran tipo que nos ha guiado de la mejor manera por este espectacular y asombroso país de oriente.

Esta aventura acaba con la certeza de que volveremos a vivir y a escribir muchas otras.